es obvio que toda vida es un cuento, y todo cuento es una vida que se puede interpretar de muchas y diferentes formas, por lo tanto como excelente conclusión todo el mundo puede contar su vida como el mejor cuento vivido (o en el caso inverso el peor de los cuentos experimentados),
y es que todo cuento acaba marcando una vida completa, todo cuento tiene su sello inconfundible y su punto donde nos llega 'al corazón' muy adentro, y aunque tengas una vida muy mala o un problema muy 'gordo' que superar tu cuento es precisamente esa lucha por conseguirlo,
¿con que ganas vives tu vida en plan cuento?, o ¿que pasión vives como cuento tu vida?, ¿con que ilusión disfrutas tu vida en plan cuento?, y ¿con que interés quieres vivir tu cuento como vida propia?,
ahora, hay maneras de separar cuando decimos que alguien vive 'del cuento', las indirectas se hacen muy dolorosas porque ya no sabes bien si es que te lo están diciendo a tí o no, también los hay que siempre deben tener un cuento para justificar su vida de alguna manera, una vida muy acelerada o siempre muy ocupado para estar bien distraído, lo que se convierte en el cuento de nunca acabar,
¿y los cuentos malos?, ¿como son los que creen o se hacen vivir malos cuentos?, ¿como se razona o justifica eso?, parece ser que disponen a la vez de su mundo 'real' y su vida paralela muy diferente a lo que todos desean,
entonces por eso llega un momento donde te planteas como vives o como quieres vivir tu (única) vida, como un bello cuento, como un cuento inacabado, o como un interesante sencillo y verdadero cuento ejemplar, o como un... sin cuento,
Francesc
