Bueno reformulo mejor la pregunta : ¿que es un ser humano sin patrón?, indistintamente del género y de su situación personal, económica y política.
Esta idea me viene cuando recientemente se ha comentado como la seguridad informática está muy entredicha por culpa del usuario final. Que ya no es tema de contraseña, ni reconocimiento facial, ni doble clave seguridad con el token ni otra cosa, sino pura y duramente por su rutina sistemática en como hace, cuando lo hace, donde lo hace y en que lo hace.
Fuera de eso una persona no hace nada, una persona sabe que sus métodos deben ser de tal proceso, de tal mecánica porque su mente y su proceso así lo establece, entonces muy muy llamativo sería que no lo hiciera por su propia cuenta por su propio patrón y por su propia sumisión.
Los sistemas, los bots y las fórmulas de seguimiento lo tienen estúpidamente fácil en saber, localizar e incluso identificar donde estas y como estas, en que estas y para que estas. Todo ello gracias al patrón que te define, te identifica e indudablemente no puedes alterar, por mucho que trates de salir o cambiar por un periodo o en unas prácticas volverás al patrón que compartes desde no solo tu fecha nacimiento sino incluso desde tu gen adn establecido, no hay otra.
¿Como se benefician en ello la red informática y aparte las redes sociales? Pues algo tan sencillo como es definir quien eres, que nadie suplante de ninguna forma tu identidad. Algo en parte gracioso cuando luego precisamente los robos al banco si lo consiguen el extraer tu dinero sin necesidad de identificación, muy curiosamente.
Lo ideal es que este patrón de comportamiento se usara para acceder y mantener un diálogo privado, cifrado y cercado, pero parece que en ello no están muy interesados muchas personas, por no decir casi nadie: Que no los haya es mentira pues los hay y lo llevan a cabo pero siempre son pocos, muy pocos mejor dicho que consiguen mantener tal privacidad a buen grado.
Lo mismo esperamos de los demás, sabemos que desde cualquier familiar a cualquier vecino y ya sin decir cualquier compañero de actividad laboral está en su casilla bien programada y bien definida por su patrón ya mostrado y compartido. Esto es un arma de doble filo para los mejores momentos de las mejores crisis que pronto o tarde llegan, ¿quien fue?, ¿cuando fue?, ¿por que fue?, como identificar el acto por la posibilidad que fue llevado y realizado por tal persona que pueda resumir o enlazar e incluso justificas por su patrón.
En los mejores casos es el antítesis de quien lo ejecuta, llevar el extremo al polo opuesto de lo que es su patrón para demostrar que no tiene ni vínculo ni posibilidad de llevarlo a cabo, ni proceder. Pero no nos engañemos pues hasta las mejores fórmulas matemáticas en están en ello, no se debe subestimar el poder de las estadísticas y las inviolables reglas de la excepción que ayudarán a confirmar las no solo probabilidades que tal conducta alterada haya sido llevada por tal individuo, sino la seguridad muy elevada en porcentaje que así fue y casi no podría ser de otra forma.
Porque precisamente el propio patrón, los propios procesos, el propio historial, las inconfundibles probabilidades y sin mencionar necesidades, y sobre todo las necesidades o resultados que se obtiene después de todo se justifica y se demuestra sin mover un solo dedo. ¡Razón de más para su propio patrón!
Sea usted pues, estimado lector, patrón de su propia vida.