lunes, 17 de abril de 2006

textos sueltos,

recientemente comentaba de como aprovechar los ratos sueltos y desconectado que de vez en cuando practico, bien pues afortunadamente hoy domingo bien me mereció la pena porque revisando me encontré con este excelente tema, el cual es algo largo pero me resulta tan cierto y verdadero como una excelente puñalada a las ideas y manías preestablecidas de nuestra costumbre y pensamiento,

espero no ofender a nadie si copio y pego tal cual, solo mantengo estas breves referencias de donde fue publicado y nombre de su autor, pero en una rápida consulta a cualquier buscador es fácil hallar multiples publicaciones y copias del mismo,

no hay que tener prisa en acabar la lectura y se ha de disfrutar de las palabras, pues bien merece la pena no olvidar la utopía como la realidad, quizás porque mas de uno no sabe aun bien en cual realidad vive,



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Albert Einstein - ¿Por qué socialismo?

Monthly Review, Nueva York, mayo de 1949.

¿Debe quien no es un experto en cuestiones económicas y sociales opinar sobre el socialismo? Por una serie de razones creo que sí.

Permítasenos primero considerar la cuestión desde el punto de vista del conocimiento científico. Puede parecer que no haya diferencias metodológicas esenciales entre la astronomía y la economía: los científicos en ambos campos procuran descubrir leyes de aceptabilidad general para un grupo circunscrito de fenómenos para hacer la interconexión de estos fenómenos tan claramente comprensible como sea posible. Pero en realidad estas diferencias metodológicas existen. El descubrimiento de leyes generales en el campo de la economía es difícil porque la observación de fenómenos económicos es afectada a menudo por muchos factores que son difícilmente evaluables por separado. Además, la experiencia que se ha acumulado desde el principio del llamado período civilizado de la historia humana -como es bien sabido- ha sido influida y limitada en gran parte por causas que no son de ninguna manera exclusivamente económicas en su origen. Por ejemplo, la mayoría de los grandes estados de la historia debieron su existencia a la conquista. Los pueblos conquistadores se establecieron, legal y económicamente, como la clase privilegiada del país conquistado. Se aseguraron para sí mismos el monopolio de la propiedad de la tierra y designaron un sacerdocio de entre sus propias filas. Los sacerdotes, con el control de la educación, hicieron de la división de la sociedad en clases una institución permanente y crearon un sistema de valores por el cual la gente estaba a partir de entonces, en gran medida de forma inconsciente, dirigida en su comportamiento social.

Pero la tradición histórica es, como se dice, de ayer; en ninguna parte hemos superado realmente lo que Thorstein Veblen llamó «la fase depredadora» del desarrollo humano. Los hechos económicos observables pertenecen a esa fase e incluso las leyes que podemos derivar de ellos no son aplicables a otras fases. Puesto que el verdadero propósito del socialismo es precisamente superar y avanzar más allá de la fase depredadora del desarrollo humano, la ciencia económica en su estado actual puede arrojar poca luz sobre la sociedad socialista del futuro.

En segundo lugar, el socialismo está guiado hacia un fin ético-social. La ciencia, sin embargo, no puede establecer fines e, incluso menos, inculcarlos en los seres humanos; la ciencia puede proveer los medios con los que lograr ciertos fines. Pero los fines por sí mismos son concebidos por personas con altos ideales éticos y -si estos fines no son endebles, sino vitales y vigorosos- son adoptados y llevados adelante por muchos seres humanos quienes, de forma semi-inconsciente, determinan la evolución lenta de la sociedad.

Por estas razones, no debemos sobrestimar la ciencia y los métodos científicos cuando se trata de problemas humanos; y no debemos asumir que los expertos son los únicos que tienen derecho a expresarse en las cuestiones que afectan a la organización de la sociedad. Muchas voces han afirmado desde hace tiempo que la sociedad humana está pasando por una crisis, que su estabilidad ha sido gravemente dañada. Es característico de tal situación que los individuos se sienten indiferentes o incluso hostiles hacia el grupo, pequeño o grande, al que pertenecen. Como ilustración, déjenme recordar aquí una experiencia personal. Discutí recientemente con un hombre inteligente y bien dispuesto la amenaza de otra guerra, que en mi opinión pondría en peligro seriamente la existencia de la humanidad, y subrayé que solamente una organización supranacional ofrecería protección frente a ese peligro. Frente a eso mi visitante, muy calmado y tranquilo, me dijo: «¿Por qué se opone usted tan profundamente a la desaparición de la raza humana?»

Estoy seguro de que hace tan solo un siglo nadie habría hecho tan ligeramente una declaración de esta clase. Es la declaración de un hombre que se ha esforzado inútilmente en lograr un equilibrio interior y que tiene más o menos perdida la esperanza de conseguirlo. Es la expresión de la soledad dolorosa y del aislamiento que mucha gente está sufriendo en la actualidad. ¿Cuál es la causa? ¿Hay una salida?

Es fácil plantear estas preguntas, pero difícil contestarlas con seguridad. Debo intentarlo, sin embargo, lo mejor que pueda, aunque soy muy consciente del hecho de que nuestros sentimientos y esfuerzos son a menudo contradictorios y obscuros y que no pueden expresarse en fórmulas fáciles y simples.

El hombre es, a la vez, un ser solitario y un ser social. Como ser solitario, procura proteger su propia existencia y la de los que estén más cercanos a él, para satisfacer sus deseos personales, y para desarrollar sus capacidades naturales. Como ser social, intenta ganar el reconocimiento y el afecto de sus compañeros humanos, para compartir sus placeres, para confortarlos en sus dolores, y para mejorar sus condiciones de vida. Solamente la existencia de estos diferentes y frecuentemente contradictorios objetivos por el carácter especial del hombre, y su combinación específica determina el grado con el cual un individuo puede alcanzar un equilibrio interno y puede contribuir al bienestar de la sociedad. Es muy posible que la fuerza relativa de estas dos pulsiones esté, en lo fundamental, fijada hereditariamente. Pero la personalidad que finalmente emerge está determinada en gran parte por el ambiente en el cual un hombre se encuentra durante su desarrollo, por la estructura de la sociedad en la que crece, por la tradición de esa sociedad, y por su valoración de los tipos particulares de comportamiento. El concepto abstracto «sociedad» significa para el ser humano individual la suma total de sus relaciones directas e indirectas con sus contemporáneos y con todas las personas de generaciones anteriores. El individuo puede pensar, sentirse, esforzarse, y trabajar por sí mismo; pero él depende tanto de la sociedad -en su existencia física, intelectual, y emocional- que es imposible concebirlo, o entenderlo, fuera del marco de la sociedad. Es la «sociedad» la que provee al hombre de alimento, hogar, herramientas de trabajo, lenguaje, formas de pensamiento, y la mayoría del contenido de su pensamiento; su vida es posible por el trabajo y las realizaciones de los muchos millones en el pasado y en el presente que se ocultan detrás de la pequeña palabra «sociedad».

Es evidente, por lo tanto, que la dependencia del individuo de la sociedad es un hecho que no puede ser suprimido -exactamente como en el caso de las hormigas y de las abejas. Sin embargo, mientras que la vida de las hormigas y de las abejas está fijada con rigidez en el más pequeño detalle, los instintos hereditarios, el patrón social y las correlaciones de los seres humanos son muy susceptibles de cambio. La memoria, la capacidad de hacer combinaciones, el regalo de la comunicación oral han hecho posible progresos entre los seres humanos que son dictados por necesidades biológicas. Tales progresos se manifiestan en tradiciones, instituciones, y organizaciones; en la literatura; en las realizaciones científicas e ingenieriles; en las obras de arte. Esto explica que, en cierto sentido, el hombre puede influir en su vida y que puede jugar un papel en este proceso el pensamiento consciente y los deseos.El hombre adquiere en el nacimiento, de forma hereditaria, una constitución biológica que debemos considerar fija e inalterable, incluyendo los impulsos naturales que son característicos de la especie humana. Además, durante su vida, adquiere una constitución cultural que adopta de la sociedad con la comunicación y a través de muchas otras clases de influencia. Es esta constitución cultural la que, con el paso del tiempo, puede cambiar y la que determina en un grado muy importante la relación entre el individuo y la sociedad como la antropología moderna nos ha enseñado, con la investigación comparativa de las llamadas culturas primitivas, que el comportamiento social de seres humanos puede diferenciar grandemente, dependiendo de patrones culturales que prevalecen y de los tipos de organización que predominan en la sociedad. Es en esto en lo que los que se están esforzando en mejorar la suerte del hombre pueden basar sus esperanzas: los seres humanos no están condenados, por su constitución biológica, a aniquilarse o a estar a la merced de un destino cruel, infligido por ellos mismos.

Si nos preguntamos cómo la estructura de la sociedad y de la actitud cultural del hombre deben ser cambiadas para hacer la vida humana tan satisfactoria como sea posible, debemos ser constantemente conscientes del hecho de que hay ciertas condiciones que no podemos modificar. Como mencioné antes, la naturaleza biológica del hombre es, para todos los efectos prácticos, inmodificable. Además, los progresos tecnológicos y demográficos de los últimos siglos han creado condiciones que están aquí para quedarse. En poblaciones relativamente densas asentadas con bienes que son imprescindibles para su existencia continuada, una división del trabajo extrema y un aparato altamente productivo son absolutamente necesarios. Los tiempos -que, mirando hacia atrás, parecen tan idílicos- en los que individuos o grupos relativamente pequeños podían ser totalmente autosuficientes se han ido para siempre. Es solo una leve exageración decir que la humanidad ahora constituye incluso una comunidad planetaria de producción y consumo.

Ahora he alcanzado el punto donde puedo indicar brevemente lo que para mí constituye la esencia de la crisis de nuestro tiempo. Se refiere a la relación del individuo con la sociedad. El individuo es más consciente que nunca de su dependencia de sociedad. Pero él no ve la dependencia como un hecho positivo, como un lazo orgánico, como una fuerza protectora, sino como algo que amenaza sus derechos naturales, o incluso su existencia económica. Por otra parte, su posición en la sociedad es tal que sus pulsiones egoístas se están acentuando constantemente, mientras que sus pulsiones sociales, que son por naturaleza más débiles, se deterioran progresivamente. Todos los seres humanos, cualquiera que sea su posición en la sociedad, están sufriendo este proceso de deterioro. Los presos a sabiendas de su propio egoísmo, se sienten inseguros, solos, y privados del disfrute ingenuo, simple, y sencillo de la vida. El hombre sólo puede encontrar sentido a su vida, corta y arriesgada como es, dedicándose a la sociedad.

La anarquía económica de la sociedad capitalista tal como existe hoy es, en mi opinión, la verdadera fuente del mal. Vemos ante nosotros a una comunidad enorme de productores que se están esforzando incesantemente privándose de los frutos de su trabajo colectivo -no por la fuerza, sino en general en conformidad fiel con reglas legalmente establecidas. A este respecto, es importante señalar que los medios de producción -es decir, la capacidad productiva entera que es necesaria para producir bienes de consumo tanto como capital adicional- puede legalmente ser, y en su mayor parte es, propiedad privada de particulares.

En aras de la simplicidad, en la discusión que sigue llamaré «trabajadores» a todos los que no compartan la propiedad de los medios de producción - aunque esto no corresponda al uso habitual del término. Los propietarios de los medios de producción están en posición de comprar la fuerza de trabajo del trabajador. Usando los medios de producción, el trabajador produce nuevos bienes que se convierten en propiedad del capitalista. El punto esencial en este proceso es la relación entre lo que produce el trabajador y lo que le es pagado, ambos medidos en valor real.

En cuanto que el contrato de trabajo es «libre», lo que el trabajador recibe está determinado no por el valor real de los bienes que produce, sino por sus necesidades mínimas y por la demanda de los capitalistas de fuerza de trabajo en relación con el número de trabajadores compitiendo por trabajar. Es importante entender que incluso en teoría el salario del trabajador no está determinado por el valor de su producto.

El capital privado tiende a concentrarse en pocas manos, en parte debido a la competencia entre los capitalistas, y en parte porque el desarrollo tecnológico y el aumento de la división del trabajo animan la formación de unidades de producción más grandes a expensas de las más pequeñas. El resultado de este proceso es una oligarquía del capital privado cuyo enorme poder no se puede controlar con eficacia incluso en una sociedad organizada políticamente de forma democrática. Esto es así porque los miembros de los cuerpos legislativos son seleccionados por los partidos políticos, financiados en gran parte o influidos de otra manera por los capitalistas privados quienes, para todos los propósitos prácticos, separan al electorado de la legislatura. La consecuencia es que los representantes del pueblo de hecho no protegen suficientemente los intereses de los grupos no privilegiados de la población. Por otra parte, bajo las condiciones existentes, los capitalistas privados inevitablemente controlan, directa o indirectamente, las fuentes principales de información (prensa, radio, educación). Es así extremadamente difícil, y de hecho en la mayoría de los casos absolutamente imposible, para el ciudadano individual obtener conclusiones objetivas y hacer un uso inteligente de sus derechos políticos.

La situación que prevalece en una economía basada en la propiedad privada del capital está así caracterizada en lo principal: primero, los medios de la producción (capital) son poseídos de forma privada y los propietarios disponen de ellos como lo consideran oportuno; en segundo lugar, el contrato de trabajo es libre. Por supuesto, no existe una sociedad capitalista pura en este sentido. En particular, debe notarse que los trabajadores, a través de luchas políticas largas y amargas, han tenido éxito en asegurar una forma algo mejorada de «contrato de trabajo libre» para ciertas categorías de trabajadores. Pero tomada en su conjunto, la economía actual no se diferencia mucho de capitalismo «puro». La producción está orientada hacia el beneficio, no hacia el uso. No está garantizado que todos los que tienen capacidad y quieran trabajar puedan encontrar empleo; existe casi siempre un «ejército de parados». El trabajador está constantemente atemorizado con perder su trabajo. Desde que parados y trabajadores mal pagados no proporcionan un mercado rentable, la producción de los bienes de consumo está restringida, y la consecuencia es una gran privación. El progreso tecnológico produce con frecuencia más desempleo en vez de facilitar la carga del trabajo para todos. La motivación del beneficio, conjuntamente con la competencia entre capitalistas, es responsable de una inestabilidad en la acumulación y en la utilización del capital que conduce a depresiones cada vez más severas. La competencia ilimitada conduce a un desperdicio enorme de trabajo, y a esa amputación de la conciencia social de los individuos que mencioné antes.

Considero esta mutilación de los individuos el peor mal del capitalismo. Nuestro sistema educativo entero sufre de este mal. Se inculca una actitud competitiva exagerada al estudiante, que es entrenado para adorar el éxito codicioso como preparación para su carrera futura.

Estoy convencido de que hay solamente un camino para eliminar estos graves males: el establecimiento de una economía socialista, acompañado por un sistema educativo orientado hacia metas sociales. En una economía así, los medios de producción son poseídos por la sociedad y utilizados de una forma planificada. Una economía planificada que ajuste la producción a las necesidades de la comunidad, distribuiría el trabajo a realizar entre todos los capacitados para trabajar y garantizaría un sustento a cada hombre, mujer, y niño. La educación del individuo, además de promover sus propias capacidades naturales, procuraría desarrollar en él un sentido de la responsabilidad para sus compañeros-hombres en lugar de la glorificación del poder y del éxito que se da en nuestra sociedad actual.Sin embargo, es necesario recordar que una economía planificada no es todavía socialismo. Una economía planificada puede estar acompañada de la completa esclavitud del individuo. La realización del socialismo requiere solucionar algunos problemas sociopolíticos extremadamente difíciles: ¿cómo es posible, con una centralización de gran envergadura del poder político y económico, evitar que la burocracia llegue a ser todopoderosa y arrogante? ¿Cómo pueden estar protegidos los derechos del individuo y cómo asegurar un contrapeso democrático al poder de la burocracia?

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Francesc

martes, 11 de abril de 2006

llegado el momento,

y paso lo que no se lo creen ni se lo querían creer nunca 'ciertas personas'; de tantas bitácoras y temas que se trata por todos en el mundo, estos dan el paso al papel impreso de toda la vida, y es que resulta de lo mas lógico,

el papel nunca muere ni morirá pues de ahí venimos y de ahí vendrán muchos mas, pero el papel también se alimenta de su realidad que es su momento y sus consecuencias, nada mejor que esa magistral lección de reciclarse sin esperar sabias decisiones o concesiones,

y con el tiempo cada cual se pondrá en su sitio,

la noticia : 20minutos.es, www.periodistadigital.com
el servicio : www.blogburst.com
la bitácora : Las penas del Agente Smith

Francesc

domingo, 9 de abril de 2006

el trabajar desconectado,

últimamente aprovecho los domingos para revisar mis documentos cuando me quedo unas horas casa mis suegros, unas horas donde estoy desconectado y obviamente cambia muchas cosas, averiguas y descubres que tienes realmente en tu máquina que merezca la pena,

hoy cuando dispones de conexión permanente, aparte de perder el tiempo sin hacer absolutamente nada interesante (nada mas que para dejar el mensajero abierto y no hablar con nadie), buscas y sigues buscando alguna cosa que hacer, algo nuevo y revisas las mismas páginas de siempre, me recuerda esta situación a la típico chiste que algunas veces cuento de las mujeres : "hablan hablan y hablan, hasta que encuentran algo que decir...", pues algo muy parecido nos pasa también ahora a todos, los que sin darnos cuenta pasamos tanto tiempo como si de otra televisión mas fuese,

bien pues un primer paso es tener tu colección de fotos ya bien ordenadas, obviamente no es definitivo, pero ya si sabes donde si están, porque por tema o temas tienes clasificado tus fotos e imágenes, por gustos o por mensaje que entiendes del mismo,

tus trabajos, bien sea redacciones u hojas de cálculo y dos o tres presentaciones que bien valga la pena conservar, lo mantienes realmente en tu carpeta 'Documentos', ahí la referencia inalterable para conservar

algunos vídeos, tus canciones mp3 y otros formatos, por grupo o por autor, realmente fácil de llegar y recordar,

haciendo esto de vez en cuando algún que otro domingo suelto, tres o cuatro veces digamos, descubres que pacíficamente e indirectamente ya mantienes mucha mas calma, y no pierdes ni el tiempo ni tu valioso disco duro, el espacio queda bien aprovechado y sobre todo mucho mas optimizado, realmente sabes que tienes y aun mas puedes perfectamente prescindir de herramientas de búsqueda de datos o archivos que continuamente anuncian y se ofrecen para manejar tus propios ficheros y datos que no te preocupas nunca,

pero si existe un requisito muy importante, imprescindible, duro de hacer y difícil de mantenerse : desconectarse; extraer el cable ethernet, apagar el router-switch, apagar el módem, cualquier opción es válida, otros en cambio espera al último momento o mejor dicho al momento inevitable, a cuando no existe conexión y en vez de aprovechar el tiempo y trabajar en algo, la pasamos llamando y averiguando porque no tenemos conexión y como es posible que el proveedor dsl sea tan malo e inestable, pero seamos sinceros porque el problema es otro...

demostrando que somos incapaces de vivir unas horas en solitario y sin molestar a nadie,

Francesc

(queda abierta la segunda bitácora aun en fase de pruebas, a la derecha esta el enlace con nombre de Wordpress)

miércoles, 5 de abril de 2006

¿el salto definitivo?

ahora si parece que tenemos los pies bien puestos en el suelo,

ahora si se puede hablar alto y claro, ahora si tenemos realmente la alternativa seria, la excelente excusa y momento mágico para dar un paso sin dar en falso, ahora Apple corre perfectamente y muy bien gestionado los dos sistemas operativos mas famosos del mundo, Microsoft Windows y Apple Mac OS X, todo en nada mas y en nada menos que de la mano oficial de Apple,

a muchos les es igual lo que pida en términos de capacidad (hardware), lo que quieren es una maquina buena, bonita y estable, que sea capaz de muchas cosas, que inspire mucha ilusión, muchas ganas..

(y es que a mi aun no me inspira mas maquina y mejor forma que el clásico Mac SE/30, y cada vez que pasan mas años mas bello lo encuentro... y no nos desviemos del tema aun)

pero si seguimos con las noticias y bitácoras que se han recreado con esta importante noticia, que mas importante es el hecho y salto que novedad en si misma, podremos encontrar otras perlas que nos recuerda la verdad diaria :
"Windows running on a Mac is like Windows running on a PC. That means it’ll be subject to the same attacks that plague the Windows world. So be sure to keep it updated with the latest Microsoft Windows security fixes." Cuya traducción instantánea facilitada por Google es : "Windows que funciona en un mac es como Windows que funciona en una PC. Eso significa que estará conforme a los mismos ataques que plagan el mundo de Windows. Sea tan seguro mantenerlo puesta al día con los arreglos más últimos de la seguridad de Microsoft Windows."

y con esto me llego a la nueva situación : ¿la nueva industria, el nuevo mercado?, ¿nos es de extrañar que en un año veamos nuevas maquinas compatibles con mac para correr win?,

Apple no quiere ceder ni vender licencia para que existan clónicos, obviamente sería perder toda su jugada y todo su favor, ya lo hizo una vez hace tiempo y aprendió bien esa 'mal jugada'; pero la pregunta 'maestra' sería... ¿y que va a hacer el resto de la industria?, ¿quedarse con los brazos cruzados?,

la industria sabe muy pero muy bien que hoy en día los mac's aun son caros, y estos se pueden abaratar de varias maneras, lo que fácilmente es decir que existe un mercado muy vigente, ¿todo este mercado se lo quedará para siempre Apple?,

pero no olvidemos el enfoque de los consumidores, saben y sabemos muy bien que una Apple esta bien diseñada, mejor pensada, excelentemente presentada, y por algo se paga; en cambio cualquier otro fabricante sabe y juega desde otros parámetros muy diferentes, empezando de su bajo precio y tratando de justificar o demostrar su excelente servicio, te llega y nos llega unas maquinas feas, no aun bien optimizadas, no aun bien estables, y por consiguiente con el tiempo aun serán mas caras,

¿quién decide de todo esto ahora?, ¿como el consumidor se establecerá?, ¿cuáles serán los factores claves?,

Francesc