André Glucksmann

E.S. Hablando de religión, usted, que escribió La tercera muerte de Dios, ¿por qué cree que los jóvenes de hoy se muestran tan ajenos a este tema?
A.G. Desde hace 50 años, Europa es, cada vez más, un continente sin religión. Uno puede proclamarse budista, pero eso es religiosidad, no religión tal y como se entendía a principios del siglo XX. Los europeos viven como si Dios no existiera. ¿Por qué? Expertos religiosos estiman que se debe a la mala influencia de pensadores como Nietzsche, pero es falso porque la mayoría de los europeos ni siquiera lo han leído. Para mí, las razones están unidas a la experiencia de las dos Guerras Mundiales. La religión a principios del siglo XX era garantía de una vida honesta, pacífica y moral. Pero durante la Primera Guerra Mundial, los sacerdotes de todas las Iglesias llamaron a la guerra santa contra el vecino. Y en la Segunda Guerra Mundial, las Iglesias permanecieron mudas ante todos los horrores que se perpetraron. La conclusión ha sido clara: las religiones son inútiles. Las religiones abandonaron las armas ante la visión del infierno en la Tierra, o por bendecirlo.

E.S. ¿Por qué cree que deben ser reemplazadas las religiones?
A.G. Por la filosofía, por el sentido común, como han hecho los europeos.

E.S. ¿Y cuáles serían los componentes de esa filosofía?
A.G. La filosofía útil hoy es la que nos enseña lo que no queremos ver. Así que su componente esencial sería la capacidad de ver el mal, más que de imaginar lo positivo. La capacidad de ver lo oscuro es lo que puede salvar a la humanidad. Cuando se está frente a un Sadam Husein, no se puede volver la cabeza hacia otro lado, como hicieron Francia o Alemania, puesto que es alguien que no sólo masacra a su pueblo, sino que desencadena guerras. La solución es difícil, puesto que hay que calcular riesgos y consecuencias.

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Fuente : El Semanal