viernes, 27 de enero de 2017

Un hombre, un destino.


Me pregunto hasta que cierto punto el ser humano solo puede hacer una cosa.

En grandes rasgos estos días tan mediáticos con la noticia del nuevo presidente de un país norteamericano ha tomado posesión, ha querido a la vez cambiar no se si un poco a su antojo ciertas leyes que antes de llegar consideraba que eran injustas.

No ha podido esperar ni siquiera 24 horas para ver que todo lo dicho e imagino que también gran parte de lo hecho ha sido para nada, y lo peor es que es imposible seguir ni por ahí ni por así.

Insisto muchas veces que las cosas cuantas mas reducidas sean pues mejor, es triste pero se debe simplificar más las cosas, a fin de cuentas nuestros valores son intangibles, intransferibles como innegociables, pero ahí están siempre y para siempre.

En cambio muchas otras personas sumamente mas modestas tienen que esperar, comprobar, verificar, ensayar y sobre todo confiar en que todo puede salir bien por el lado del mal como por el lado del bien. Tendrán obviamente sus márgenes de confianza, de prueba y de tolerancia como todo en la vida, pero lo que más claro tienen ellos es que precisamente nada está escrito, mas al contrario en el camino de este desarrollo, de este avance y claro está de esos resultados finales pues será lo que escriba por si solo incluso por todos y para todos.

Personas que entienden de una forma u otra que la ley, las oportunidades, las aplicaciones, las oportunidades y sobre todo las constataciones son vitales para avanzar buscando así los resultados necesarios, crudos muchas veces, duros otras muchas veces también pero palpables como siempre lo ha sido todo. Cosa muy diferente es querer esperar o desear desesperadamente un resultado que caiga más como a tu propia conveniencia o imagen, que lleva o llega a un modelo concreto que se ajusta indiferentemente a una necesidad o conveniencia urgente.

Pero al tiempo se aplica, y poco a poco como la propia naturaleza todo regresará a su mágico orden, equilibrio y espacio necesario, no hay poder ni fuerza ni destino que cambie esto invariablemente.

Y el hombre en ser humano y en ser sapiens como ha podido alcanzar hasta el día de hoy, solo puede interpretar, imaginar y vislumbrar su propio futuro de una sola forma. Solo una cosa puede preocuparse hacer, por ejemplo y básicamente su propia supervivencia, nada más.

No hay comentarios: